Columna: El Lado B de las Empresas

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Por Pedro Pablo del Campo
Director Ciudad Emergente
@zapayo

Si bien el título de esta columna puede invitar a pensar que escribiré del lado negativo de las empresas, esta vez veremos que en algunos casos, el lado B de estas puede ser tremendamente positivo.

Hoy me quiero enfocar en empresas que buscan no solo maximizar las utilidades para sus dueños y accionistas, sino que buscan además maximizar positivamente el impacto social y medioambiental que generan a través de sus acciones.

Pero, ¿existen realmente estas empresas?

Hace ya algunos años, en Estados Unidos nació un movimiento que persigue la maximización de estos tres elementos antes nombrados que se llaman BCorps. Este movimiento hace ya casi dos años arribó a Chile y Latinoamérica, a través de Sistema B. Este tipo de compañías han tenido un crecimiento sostenido y no solo han comenzado a crear una “Economía B” mucho más responsable con el ecosistema en el que se desenvuelven (Trabajadores, Proveedores, Clientes, etc) sino que también impulsando a otras empresas que ya están en funcionamiento a mejorar sus procesos para que estas también sean mucho más responsables y conscientes de cómo pueden afectar positiva o negativamente a todos los que están relacionados con ella.

Lo interesante de estas empresas es que son transversales a muchas industrias y posiblemente conoces a más de alguna. La más grande y conocida a nivel mundial es la marca de ropa Patagonia. Otra gran empresa estadounidense es la tienda de retail online Etsy, y así a nivel global las Empresas B o BCorps han alcanzado 33 países y ya existen aproximadamente 1.000 empresas certificadas con el sello B.

A nivel local, me gustaría destacar a algunas como Late, empresa que comercializa agua purificada y dona el 100% de sus utilidades a proyectos sociales concretos a través de Fundaciones de reconocido prestigio de nuestro país; Constructora Cerco, líderes en reinserción laboral a través de centros penitenciarios; Cumplo, una plataforma de préstamos “persona a persona” donde ambos (el que pide el préstamo y el que presta) consiguen mejores tasas que en la banca tradicional; y Karun, empresa fabricante de lentes de sol, que utiliza solo materias primas naturales, renovables, certificadas y locales. Ya son 103 Empresas en Sudamérica que son parte de Sistema B.

Hoy el gran poder de controlar el mercado lo tenemos todos nosotros como consumidores. Si la señal que damos como principales actores de esta economía es “gastar” nuestro dinero en empresas que generan impacto positivo, las que no funcionan así deberán adaptarse y mejorar sus procesos para que si puedan impactar positivamente a todo el ecosistema en el que están inmersas.

Entonces, ¿tenemos la capacidad de cambiar el mundo? Definitivamente si.

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